Cuentas bancarias sin uso. Descubiertos y otras consecuencias.
Si dejaste una cuenta bancaria abierta sin uso, lo más probable es que a día de hoy lo que tengas no sea una cuenta sino una deuda con el banco. Con el banco o con una entidad de recobro.
Hacer funcionar un banco no es gratis. Sistemas informáticos. Salarios, alquileres, suministros, anuncios. Cualquier anuncio de cuentas sin comisiones nos puede dar la idea de que los bancos autofinancian todos estos costes. Porque existen.
Las medias dicen que una sucursal bancaria da como media servicio de custodia de capitales y otros servicios bancarios a 7.000 personas.
Pero qué pasa si una cuenta se queda a cero y no la cerramos?
Pues que en función del banco, es decir, la entidad que respalda los productos que comercializa la sucursal, habrá más o menos comisiones. Esto en un breve lapso de tiempo da lugar al conocido como número rojo o cifras en negativo.
El saldo deudor puede ser algo común en el día a día. Con el uso y proliferación de las tarjetas de crédito estamos acostumbrados o acostumbradas a deber dinero a terceras personas cuyo trabajo es prestarlo. Estas deudas van asociadas a atractivos intereses que nos hacen pensar que si compramos un ordenador, nos resulta mejor pagarlo en dos años mes a mes con un incremento de su precio, que en un pago al contado.
Pero cuando la deuda es por comisiones bancarias el asunto no es tan inmediato.
Hay bancos que externalizan las deudas. Cuando sus contratos fallan los venden a fondos gestionados por entidades de recobro que se encargan del proceso de recuperación del capital pendiente. Estas entidades se fijan como objetivo generalmente recuperar en capital pendiente en la operación de crédito que originó la deuda.
Por otro lado, en un entorno bancario normal, todo capital tiene asociado un interés el cual es básicamente el beneficio original que incita a los las entidades bancarias a prestar.
Pues bien. En una situación de recobro fallido como puede ser cuando una persona es titular de un crédito y se queda en el paro, las entidades de recobro van a marcarse como objetivo únicamente el capital pendiente. Los intereses de la operación los ignoran y su trabajo llega hasta recuperar el capital original.
Estos intereses que podríamos llamar ocultos deben ser tenidos en cuenta por los clientes en el caso de que las condiciones económicas lo permitan.
De la misma manera que cuando compras una casa tu derecho es disfrutar de la casa, cuando prestas un dinero tu derecho es disfrutar de los beneficios que te proporciona dicha operación. Yo no conozco personas que se compren casa y las usen terceras personas sin contraprestación alguna.
Por lo tanto. Recordad si está en vuestra mano, reconocer a las empresas de recobro su legitimidad ante los intereses del préstamo, para que todos y todas obtengamos un beneficio por nuestro trabajo.
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