Un país que no te quiere

Cuando llegas a la edad adulta comienzas a percatarte de asuntos que antes habían pasado por alto en tu vida. 

En mi caso fui diagnosticado de una enfermedad mental. Una ideación de un grupo de psiquiatras al respecto de que veo cosas, personas y voces que no existen. Pues bien. No confíes en quien te ofrece sustancias dañinas para curar una patología que no tienes. Hasta donde yo sé, si no has comenzado a tomar medicina psiquiátrica, tu cerebro estará todavía  sano. Cuando comienzas a tomar la sustancia que llaman medicación, los problemas comienzan y empiezas a sufrir deterioro cognitivo y físico. Para la psiquiatría y para los familiares que colaboran con la psiquiatría, tu curación consiste en tu discapacidad absoluta. Deterioro más y más severo hasta que el paciente muere a una edad más temprana que si nunca hubiera iniciado el tratamiento. De un infarto, de una hepatitis, de enfermedades difícilmente asociables a la sustancia que te asignan. Incluso atropellado/a por cruzar mal la calle. Tu estado de alerta se deteriora al tomar los químicos nocivos. 

Apártate de quienes te hacen eso. Apártate de quienes te dicen que te ven mejor cuando estás tomando la medicación, porque no estás mejor. Estás peor. Desde la primera dosis. 

Las personas que te rodean te hablan y ocultan voluntariamente una realidad paralela en la que otra persona dice ser tú. 

No pienses ni por un momento que te están ayudando porque no lo hacen. A lo que te ayudan es a morir. 

Los médicos no te atenderán en consulta ni en urgencias. La policía ignorará tus denuncias. También la guardia civil ignorará lo que les cuentes.  Los/as abogados/as te dirán que no son expertos en el problema que les planteas. Resultado. Estarás indefenso/a.

No pienses que son todo coincidencias. Es como funciona el sistema. Cuando tomas una decisión incorrecta, te conviertes en un/a enfermo/a mental. A tu cerebro no le ocurre nada. Está sano. No eres un/a enfermo mental. Eres alguien que no es bien recibido. En ningún lado. 

Estas personas separan el que ellos y ellas llaman mundo irreal del mundo real. Un separatismo que solo trae problemas. 

Lo que debes hacer es no mentir y  no pensar ni por un instante que hay personas que no existen porque lo que harán será llevarte a ese mundo imaginario y dejarte ahí solo/a.  Piensa que todas las personas son reales para que todas las personas tengan derechos y obligaciones similares. 

Ante semejante situación lo que puedes hacer es (ni siquiera pienses en suicidarte ni hacerte daño) tomar un avión o un tren y salir del país en el que estás. En mi caso es España. Paga todas tus deudas si las tienes. No dejes nada a deber o te perseguirá a  donde vayas.  Además si dices al pedir asilo que debes dinero probablemente rechacen tu solicitud. Es un tema muy manido. El dinero que te sobre hasta 999 euros lo puedes guardar en una tarjeta monedero pregago que venden en correos. Esta tarjeta te permite pagar aviones , trenes y productos online. Es una tarjeta sin gastos de mantenimiento. A los dos años caduca y se termina. Cierra todas las cuentas bancarias. Y márchate. Los países tienen la obligación de acogerte como refugiado/a.

Si sales del país y renuncias a tu condición de español/a te considerarán apátrida. Desconozco las implicaciones que tiene, pero para mí no hay otra solución. Donde no te quieren no debes estar. 

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