Limpiar el baño de casa
Como limpiar el baño de casa
Las tareas de la casa son algo en las que todos debemos participar. Cuando vivimos solos, no nos queda otra que hacerlo, o en ocasiones contratarlo a empresas y profesionales que realizan mantenimientos de viviendas, fincas, empresas y comunidades.
Cuando nos toca hacerlo a nosotros, son muchas las cosas para hacer, y a veces se escapan detalles que conviene repasar, para que sea con la frecuencia que sea, cuando lo hagamos, que quede bien. Para limpiar el baño, es muy importante hacerlo con luz. Luz natural o luz eléctrica. Si intentamos limpiar el baño sin luz, no veremos la suciedad y naturalmente no podremos realizar la tarea.
Productos de limpieza
Lo primero que haremos para limpiar el baño, es bajar a la tienda a comprar productos de limpieza, y guantes si queremos proteger nuestras manos,
Para limpiar el baño, podemos optar por limpiadores multiusos y limpiadores específicos según lo que vayamos a limpiar. Los multiusos, vienen con un pulverizador. También hay versiones con lejía, más eficaces, ya que desinfectan. La lejía densa, es buena para limpiar, y deja el conocido como "olor a limpio" que encontramos en aseos públicos y aseos de empresas. El olor a limpio, es básicamente el vapor del hipoclorito sódico, que encontramos también al entrar en piscinas públicas y privadas.
Podemos usar unos guantes que eviten que nuestras manos se manchen y se dañen con los productos de limpieza. Los guantes tienen tallas, como la ropa.
Es conveniente que usemos una ropa que si se estropea con los productos de limpieza, no nos suponga un drama. No vale con usar un delantal, como para la cocina. Las manchas de la comida salen. Las manchas de los productos de limpieza son daños a la ropa, y no salen.
Bicarbonato con vinagre.
Vinagre con agua oxigenada
Lejía con vinagre
Lejía con limón. Hay un producto que es lejía con olor a limón, que puede llevar a confusión, ya que el limón real produce la descomposición de la lejía en cloro gaseoso que es un gas que quema.
Si estamos limpiando, hay que tener mucho cuidado de no mezclar lejía con amoníaco. Es una mezcla que genera un vapor tóxico que desplaza el aire y no te deja respirar. El amoníaco y la lejía son dos de los mejores limpiadores, por separado. Uno basado en Nitrógeno, NH3, y otro basado en Cloro, NaClO. Sin embargo, juntos, dan lugar a un compuesto químico llamado Cloramina, NH2Cl que es muy tóxico y al evaporarse nos daña las vías respiratorias, pero lo más relevante es que no nos deja respirar, pudiendo llegar a ahogarnos.
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Representación de la estructura molecular del amoníaco, con 3 átomos de hidrógeno, en gris, y uno de nitrógeno, en azul.
En el baño, como en toda la casa, la limpieza va, desde arriba hacia abajo y de dentro hacia afuera. En una habitación, en un mueble, en una cacerola de cocina, en nuestro propio cuerpo. Aplica para todo.
Lo primero que hacemos para limpiar un baño, es sacar todo lo de dentro que no esté fijo. Toallas, albornoces, alfombrilla, geles, cepillos de dientes, toallitas, cremas, jabón, papel higiénico, esponjas, champús, afeitadoras, cuchillas de afeitar. Entonces podremos proceder a limpiar sin dañar lo que hemos sacado.
Usamos un barreño grande para dejar todo lo que sacamos del aseo, o lo vamos sacando en varios viajes a algún lugar que no vayamos a manchar, por ejemplo, poniendo una toalla encima de la mesa del salón. Las cosas que sacamos, hay que limpiarlas antes de devolverlas a su sitio, para no manchar sobre limpio.
Quitamos también la cortina de la ducha si la tenemos, le quitamos los colgadores y la echamos a lavar con otra ropa que tengamos. Incluso aunque la cortina sea de plástico, necesita ser limpiada.
Si no tenemos lavadora, podemos lavarla en un barreño con agua y jabón.
Si tenemos un radiador portátil en el baño, lo sacamos antes de comenzar a limpiar, junto con el resto de las cosas, para evitar que que haya un cortocircuito y se vaya la luz . O peor, que le salpique el agua y se estropee.
Azulejos
Especialmente en la ducha, los azulejos acumulan la suciedad de nuestro cuerpo y el jabón reseco, al salpicar el agua en ellos. Podemos echar agua templada y un producto limpiador en un barreño, e ir mojando la esponja según vamos limpiando. Si el agua se ensucia mucho, la cambiamos por agua limpia.
Si los azulejos son porcelánicos, o materiales nobles como madera, acero y otros materiales no estándar, diferentes al azulejo cerámico, es conveniente revisar los métodos de limpieza específicos para estos materiales.
Para los materiales cerámicos conviene repasar con un estropajo por la parte de la lana verde, que hace que se rompa la capa de jabón que cubre los azulejos. Si usamos una bayeta, nos costará más y avanzaremos menos porque la bayeta se emboza y deja de limpiar.
Utilizamos un limpiador general o con lejía, si vemos que las juntas acumulan suciedad. Si las juntas acumulan suciedad conviene echarles lejía densa para que se empapen de cloro que es lo que las limpia y las deja en su color original. Si usamos lejía líquida, la lejía escurrirá y no conseguiremos nada.
Después, podemos darles con un cepillo pequeño o mediano, similar al de las uñas, o a los de lavar la ropa, que podemos reservar para esta tarea. Al cepillarlas, quedarán no solo limpias , sino blancas como el cemento que las une. Si las juntas de los azulejos están limpias, pero quedan de color negro, el aspecto no será el de limpio. De hecho, significará que no están del todo limpias, aunque hayamos pasado 3 veces el estropajo.
Normalmente ni el estropajo ni la bayeta, limpian bien las juntas. Para eso hace falta un cepillo como hemos dicho. Hay también productos específicos para limpiar juntas, que se venden en los mercados, supermercados y tiendas de productos de limpieza, que traen su propio cepillo. Tras limpiar los azulejos y las juntas, aclaramos con agua.
Al pasar los azulejos de la ducha o bañera, también podemos dejar limpio el grifo de la ducha o la bañera.
En el resto del baño, también conviene pasar una bayeta con limpiador por los azulejos.
Juntas de silicona
Si la junta de silicona o cemento que hay entre ducha o bañera y los azulejos, está sucia, procederemos igual. Si nuestro plato de ducha es cerámico, la junta será de cemento. Si es de cemento, echamos limpiador y cepillamos. Si la junta es de silicona, podremos echar un limpiador suave, esperar unos minutos y limpiar con agua. Si no sale, o está deteriorada, p+odemos reemplazarla. Para reemplazar la junta de silicona, pasamos una cuchilla que se les llama a veces cutter. Limpiamos bien, secamos y volvemos a aplicar la silicona nueva, pasando el dedo por encima para hacer la forma.
El espejo suele acumular salpicaduras del dentrífico. Si le pasamos la bayeta con limpiador para cristales, quedará lleno de marcas de agua que al secarse dejarán el espejo con aspecto de sucio. Podemos pasarle un trapo seco cuando aún esté mojado para quitar estas marcas. Hay quien usa un periódico de fechas pasadas para secar vidrios de ventanas y espejos de vidrio.
Salpicaduras y muebles del baño
En el caso de los chicos, al orinar, pueden salpicar pequeñas gotas fuera del inodoro, incluso cuando apuntas bien.
Una persona con una discapacidad visual, me enseñó que para no salpicar, la única manera es que los chicos hagan sus aguas menores como las chicas, es decir, sentados en la taza.
Le pasamos un trapo con limpiador a los muebles o paredes que haya al lado del inodoro para quitar esta suciedad. Con un pulverizador, echamos limpiador sobre estas superficies y esperamos. Luego pasamos una bayeta o papel para secar y luego otro trapo o papel mojado con agua para aclarar. Si no aclaramos los muebles de melamina, la melamina se agrieta y el mueble se estropea.
Los muebles que no estén cerca del inodoro, también se ensucian. Especialmente los tiradores de esos muebles.
Ventana
Si tenemos ventana en el baño, que está junto a la bañera, limpiamos la ventana antes que la bañera, para que la suciedad que caiga de la ventana, la podamos limpiar después. Con un limpiador de cristales, limpiamos el cristal. Con un limpiador multiusos limpiamos el marco y el carril de la ventana. Si la ventana es corredera, podemos sacar las hojas para limpiarlas por dentro y por fuera en la bañera o en el lavamanos.
Las hojas de la ventana corredera, salen dejando la hoja más cercana a nosotros en medio de la ventana, subiendo con las dos manos la hoja y girando la parte de abajo hacia nosotros. Si no sabemos sacar las hojas, las limpiamos puestas en la ventana. Si la ventana es abatible, solamente la abrimos y la limpiamos normalmente.
Baldas, lavamanos, bidé y bañera o ducha.
Las baldas y el lavamanos, así como las esquinas de la bañera, son lugares donde solemos dejar todos los objetos necesarios en un cuarto de baño, como el cepillo de dientes, la pasta de dientes, colonias, cremas de afeitar, cosméticos, perfumes, toallitas higiénicas, jabón, geles. Se acumula tanto la suciedad, como el polvo del aire.
En los baños adaptados, no hay ni bañera ni bidé ni ducha. Todo el baño hace la función estanca de ducha con un sumidero en el suelo.
Las estanterías metálicas colgadas, suelen tender a oxidarse. Podemos limpiar este óxido con agua y bicarbonato sódico, frotando con un cepillo. Este truco se lo agradecemos a Mundo Deportivo (->)
Pasamos una bayeta o esponja con limpiador a las baldas, el o los lavamanos, y si tenemos, el bidé y la bañera o ducha. En los lavamanos también hay junta de silicona. Procedemos igual que con la bañera. Si podemos limpiarla, la limpiamos. Si no, la retiramos con una cuchilla, y la reemplazamos por una nueva. Para terminar de limpiar el lavamanos, limpiamos la base o el mueble que haya debajo. Siempre de arriba hacia abajo. para que las salpicaduras de nuestra propia limpieza sean limpiadas después.
Si echamos un chorro de lejía por el sumidero del lavamanos, sin echar agua después, limpiaremos también el bote sifónico del aseo, una pieza que normalmente pasa desapercibida, hasta que se te cae un pendiente por el sumidero.
Bote sifónico.
El bote sifónico es una pieza que impide que el olor de otros vecinos y del desagüe en general, entre en nuestra casa por las tuberías de desagüe de ducha, lavamanos y desagüe del suelo en baños adaptados.
Si se te cae un pendiente, el pasador o algo pequeño por el sumidero del lavamanos, no lo des por perdido. No intentes abrir el sumidero del lavamanos, que solo empeorarás las cosas porque se puede caer por el desagüe el propio tornillo que sujeta el sumidero y entonces tenemos dos problemas.
Abre el bote sifónico y ahí normalmente estará lo que se haya caído. Localizar el bote sifónico es fácil. Es una pieza metálica redonda de color a veces metálico, en el suelo del baño o aseo, de unos 14 cm de diámetro. La pieza metálica, es un embellecedor de la tapa real, que está bajo el cubretapa. La tapa verdadera es una pieza generalmente de color negro y de PVC o un material similar como polietileno, que crea estanqueidad con una junta de goma, y una manivela que girando a derechas cierra, y girando a izquierdas abre. Si no estás seguro o segura de como hacerlo, puedes llamar a un fontanero.
Al abrir el bote sifónico habrá mal olor y bastante suciedad, que se acumula simplemente del agua sucia que sale de la ducha y lavamanos, bidé o del desagüe del suelo en baños adaptados. Ahí van a parar los pelos que se nos caen mientras nos duchamos y cualquier cosa que salga por el sumidero, por ejemplo la crema depilatoria. Por eso, recomendamos que echemos de cuando en cuando un chorro de lejía, a ser posible por la noche cuando no usamos la ducha y el lavamanos, para que llegue al bote sifónico en concentración suficiente y limpie lo que pueda limpiar.
Si vemos que la ducha o el lavamanos no evacúan bien el agua, probablemente tengamos un atasco precisamente ahí, en el bote sifónico. Sin herramientas, podemos deshacer algunos atascos. Otros son tales que necesitamos un fontanero. Para los atascos más leves, echando desatascador en el sumidero que se atasque, ducha, lavamanos bidé o suelo. Dejamos actuar el tiempo que diga el producto, y echamos agua después.
Hay desatascadores líquidos, y otros que son bolitas que caen hasta donde está el atasco, a las que posteriormente se les añade agua muy caliente deshaciendo todo lo orgánico que haya en el atasco. Normalmente se les añade agua que hemos calentado a 100 grados en una cacerola. El agua caliente del grifo no tiene energía suficiente para deshacer las bolitas y limpiar. En la mayoría de los casos, será suficiente. Si el atasco perdura, podemos llamar a un experto que solucione el problema. Un fontanero.
Otros electrodomésticos en el baño.
En ocasiones la lavadora está en el baño. Debemos desenchufar la lavadora para limpiarla y nunca tocarla con las manos húmedas o con los pies descalzos. Cualquier defecto en las tomas de tierra, hará que nosotros seamos la toma de tierra y provocarnos un contacto desagradable, incluso peligroso.
Para limpiar la lavadora, le damos con un paño humedecido con agua y limpiador. Aclaramos con otro paño mojado, secamos y ya está. La mayor cantidad de suciedad, se acumula en las superficies horizontales, como la parte superior y la parte exterior de la puerta.
Nunca limpiar ni aclarar la lavadora echando agua por encima, ya que el agua podría penetrar en la lavadora y provocar un cortocircuito.
Inodoro
Para el final, dejamos el inodoro, que es donde más suciedad podemos encontrar en un aseo. Si lo hiciéramos al principio repartiríamos la suciedad por todo el baño.
Si tenemos especial sensibilidad a la suciedad de este aparato, podemos emplear papel higiénico para su limpieza, que luego desechamos directamente a la basura.
Utilizando un limpiador multiusos, limpiamos la cisterna, la tapa y el asiento. Luego continuamos con la cerámica. La cerámica por dentro, se limpia con la escobilla. Echamos limpiador específico para inodoros en la cerámica de dentro y vamos restregando. Hay una parte que no vemos, y que también hay que limpiar, que son los agujeros por los que sale el agua dentro del inodoro, que están ocultos bajo un reborde en la cerámica. Con la escobilla también se limpia esta parte del inodoro. Tiramos de la cadena y la parte de dentro ya está limpia.
Podemos echar un chorro de lejía densa en la cerámica de dentro tras terminar, lo cual hará las veces de desinfectante en esa parte. Si echamos la lejía directamente en el agua, puede salpicar y estropear la ropa que llevemos puesta o la piel si llega a salpicarnos.
Si hay mucha suciedad acumulada en la parte que rodea al agua, podemos emplear líquidos más fuertes que la lejía, con precaución de ponernos guantes y de no echarlo en el agua directamente, para que no nos salpique y nos estropee la ropa o nos haga daño en la piel.
La base del inodoro, la cerámica por fuera, es algo que necesita bastante limpieza. La base es la parte de debajo, la que no se ve a simple vista. Si limpiamos solo lo que vemos a simple vista, es decir, donde nos sentamos y la cisterna, nos dejamos la parte más sucia sin limpiar.
En los alrededores del suelo de la base del inodoro se suelen acumular pelos, así como suciedad diversa. Si intentamos limpiarlo con la fregona nos dejaremos todas las juntas sin tocar.
Primero limpiamos la base del inodoro. La pieza de cerámica por fuera. Esto nos va a permitir, que cuando limpiemos el suelo a mano, no nos manchemos. Pulverizamos limpiador por toda la cerámica, echando un poco más en los tornillos que unen el inodoro con el suelo.
En baños adaptados, no hay unión entre el suelo y el inodoro, por lo que este paso lo podemos saltar. Tenemos sin embargo otro paso adicional en baños adaptados, que es limpiar la parte de abajo del inodoro, que en los aseos no adaptados no existe, al ir directamente al suelo.
En aseos adaptados, también procedemos a limpiar las barras de ayuda.
En el inodoro no adaptado con cisterna baja exterior, hay una parte muy difícil de limpiar, que es justo detrás de la tapa. Para limpiarlo, procedemos de la siguiente manera. Pulverizamos limpiador detrás de la tapa y dejamos que actúe. Cortamos 4 o 5 segmentos de papel higiénico. Si utilizamos papel higiénico de muchas capas, con 3 segmentos valdrá. Lo doblamos varias veces hasta que conseguimos una pieza rígida de 1 cm de ancho, con la que podemos limpiar tras la tapa.
Pasamos a limpiar la junta del suelo.
Con la cerámica del inodoro limpia, por dentro y por fuera, podemos continuar con el suelo de alrededor del inodoro.
Si somos una chica, no hay problema, porque generalmente el suelo no se ensucia. Si somos chicos, hay que pasar bien, tanto los azulejos de alrededor como el suelo de alrededor, que se llena de salpicaduras, incluso aunque tengas cuidado.
Echamos un limpiador multiusos por la junta y suelo, utilizando un pulverizador. Esperamos un par de minutos para que el limpiador haga efecto. Si queremos que nuestro limpiador haga más efecto, podemos comprar limpiador multiusos con lejía, que además de limpiar desinfecta. Los limpiadores con pulverizador ahorran mucho producto, ya que el liquido sale en gotas diminutas, en lugar de a chorros como por ejemplo en un bote de lejía.
Con un trozo de papel higiénico y unos guantes, podemos impregnar el papel con lejía densa, y pasarlo por el suelo de base que rodea al inodoro. Por delante, por los lados y por detrás, haciendo presión en la junta.
Puerta e interruptor
No debemos olvidarnos de la puerta, el tirador de la puerta, la jamba de la puerta y el mecanismo eléctrico de encender la luz del aseo. Este mecanismo hay que tener precaución de limpiarlo sin echar agua, sino con un paño ligeramente húmedo, porque por dentro hay electricidad.
Si nuestro aseo solo tiene azulejos hasta la mitad, y la parte con yeso está sucia, la opción que nos queda es lijar la suciedad y volver a pintar.
Suelo
Siguiendo nuestro criterio, de arriba a abajo. y de dentro hacia fuera, terminamos limpiando el suelo, fregando de dentro hacia afuera, lo que nos permitirá ir saliendo sin pisar lo limpio.
Para fregar el suelo es bueno emplear agua templada.
Si es suelo es laminado, emplearemos limpiador para este suelo que es un jaboncillo que no daña las láminas.
Si es suelo de baldosa, llamado cerámico, emplearemos limpiadores de suelo normales que se venden como "fregasuelos" estándar.
Para suelos porcelánicos o de madera noble, seguir las instrucciones del fabricante, o consultar métodos de limpieza específicos para este tipo de suelos.
Generalmente el suelo del baño como el resto de la casa, es recomendable pasarlo lo último utilizando una fregona, con el objeto de no hacernos daño en la espalda. De todas maneras, pasar a mano el suelo del baño es mucho mejor, porque los pelos y la suciedad con la fregona no salen bien.
El suelo hay que barrerlo antes de fregarlo. Si intentamos barrer el suelo del baño, probablemente haya agua y se quede la suciedad pegada al cepillo , pero también al suelo. Si tenemos agilidad suficiente, podemos agacharnos y pasar una bayeta o un papel limpiando lo que haya en el suelo.
Cuando pasamos la bayeta a mano por el suelo del baño, pasa como en el anuncio del mayordomo de la tele. Que sale suciedad, donde creías que estaba limpio.
Además, a mano, podemos limpiar las juntas de las baldosas y las juntas entre baldosas y azulejos, que de otro modo es imposible. Igual que con los azulejos, echamos lejía densa, y pasamos con un cepillo de limpieza. Luego podemos pasarlo con la fregona, para quitar la lejía aclarando el suelo. Las juntas no se limpian todas las semanas, sino una vez cada varios meses.
Normalmente fregar el suelo es lo que haremos tras el resto de las tareas, lo que nos permite retirar toda la suciedad que haya ido cayendo. No hay que olvidarse de limpiar detrás de la puerta.
Podemos proceder igual que con el suelo de alrededor del inodoro. Con un trozo de papel higiénico, y retirando pelos y demás suciedad que haya acumulada detrás de la puerta.
Luego pasar la fregona por detrás de la puerta para terminar de limpiar y salir limpiando por nuestros pasos.
Las cosas a su lugar.
Al terminar de limpiar el aseo o el baño, cuando el suelo esté seco para no escurrirnos, volvemos a colocar las cosas en su sitio. Antes de colocarlas, les damos un agua para quitar sobre todo el jabón que se acumula en algunas de ellas. Si hemos hecho coincidir la limpieza del baño, con el cambio de toallas, echamos toallas y albornoces a lavar y ponemos toallas limpias. Si no tenemos suficientes toallas grandes, podemos emplear una toalla pequeña temporalmente hasta que la grande esté lavada. Una toalla pequeña incluso una de tocador sirve para secar la piel después de una ducha en un caso de necesidad.
En Turquía, tienen costumbre en algunas casas, de utilizar toallitas de un único uso entre lavados. No son toallitas desechables, sino toallas de algodón de tamaño tocador, el tamaño más pequeño de toalla que existe. Las ponen encima del mueble del lavabo, junto al lavabo y las usan una vez, echándolas inmediatamente al cesto de la ropa sucia, que suele estar al lado.
La razón es que al lavarnos las manos, mano contra mano, la suciedad no sale del todo, salvo que te des con un cepillo, como hacen los médicos cuando entran a una sala limpia, por ejemplo para operar. Además, al cerrar el grifo, tocamos la suciedad que teníamos al abrir el grifo, para lo que además de limpiar las manos hay que limpiar la maneta del grifo. Un pequeño caos que se llama Misofobia. En los grifos de hospitales, el agua se acciona con un pedal en el suelo, evitando tocar manivelas con las manos ya limpias.
En las toallas de nuestras casas, se quedan restos muy ligeros de suciedad y es básicamente la razón por la que lavamos las toallas. Si no, las toallas se comprarían y estarían limpias siempre.
Mueble de limpieza
Si en nuestro aseo o baño hay espacio suficiente, podemos colocar un mueble de limpieza, donde guardaremos la fregona, la escoba, el recogedor, la mopa, los productos de limpiar y bayetas, estropajos, guantes, trapos, cepillos.
Si el armario no nos cabe en el baño, podemos buscar un sitio en la cocina o en la terraza. Si nuestra casa es grande, podemos comprar, montar o hacer un pequeño armario en alguna habitación que dediquemos a tareas de la casa, como el cuarto de la plancha o similares.
No olvidemos que el baño es un lugar para estar, como el resto de la casa.
Decoración y mejoras.
Si no tenemos costumbre de decorar, podemos comenzar por el baño. Si nuestro aseo tiene azulejos hasta media altura en la parte de fuera de la ducha, podemos colocar un pequeño cuadro en la parte del yeso. También hay plantas artificiales muy vistosas, para decorar baldas o lavamanos. Acompañando, podemos poner un ambientador fresco, que ayude a refrescar la habitación.
Si nuestro aseo no tiene ventana, generalmente tendrá un tubo para la extracción. Podemos instalar un extractor similar al de las cocinas, solo que más pequeño, del tamaño del tubo. Va colocado en la pared o techo del aseo, y lo puede montar un electricista.
Este aparato, que es básicamente un ventilador, hace que entre al baño aire fresco y seco por la ranura de la puerta del aseo, por simple diferencia de presión. Por lo tanto se mejora la calidad del aire mientras nos duchamos, por ejemplo, además de retirar olores propios de la sala en la que estamos.
Este aparato, ayuda a retirar el aire húmedo, y entrar aire seco en la estancia. Esto ayuda a que no se formen hongos en el aseo, cuya única condición para vivir es oscuridad, humedad y alta temperatura. Y proliferan muy rápido. Además mejoramos porque el espejo no se empaña al ducharnos.
Para saber más sobre extractores de baño, no te pierdas el post Extractores de baño. El vacío de reglamentación.
Agradecimientos.
Imágenes
Amoníaco Colin Behrens
Productos de limpieza Carol K.
Lavadora. Reimund Bertrams
Guantes Julio César Velásquez Mejía
Baño o aseo Anja. Cocoparisienne
Baño adaptado . Sin barreras. Lanz Andy
Inodoro Michal Jarmoluk
Pulverizador Squirrel. Australia
Toallas Pexels
Lavadora en cuarto de baño Michal Jarmoluk
Interruptor eléctrico. Olarts, Poland
Toallitas de un uso Engin Akyurt
Detalle de color en baño. Flor. Petra




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