Entrevista al Dr. Peter Breggin. Las medicinas psiquiátricas son increíblemente destructivas y neurotóxicas

 

El Dr.  Peter Breggin es médico psiquiatra. Ha publicado 34 libros, escribiendo en algunos de ellos sobre medicinas psiquiátricas.

(2007) Su medicina podría ser su problema.  Como y por qué dejar de tomar medicinas psiquiátricas . En inglés. Your Drug May Be Your Problem: How and Why to Stop Taking Psychiatric Medications   Cambridge MA: Perseus Books.  ISBN 9780738210988

Fue presidente de la Asociación Americana de Psiquiatría,  y tiene un portal web www.breggin.com dedicado a su profesión. 







Transcripción al castellano de la entrevista al Dr. Peter Breggin. 


Hay una manera muy sencilla de entender las medicinas psiquiátricas.  Son tóxicos para el cerebro.  Envenenan las células cerebrales, y por ser tan tóxicas,  no solo destruyen células cerebrales, que son las más sensibles,  así que las destruyen en primer lugar,   sino también destruyen células del hígado, destruyen células de la glándula tiroides, pueden destruir la piel.  Entonces,  estamos hablando de unas medicinas muy destructivas.  

Si lees el prospecto donde está toda la información de la medicina prescrita,  que es un documento creado conjuntamente entre la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA) y la empresa farmacéutica,  te das cuenta en qué consiste una toxina.  Especialmente una neurotoxina.  Hay páginas y páginas de la manifestación de la neurotoxicidad.  

De hecho el cerebro tiene una reacción creativa infinita,  pero cuando lo dañas,  se vuelve muy predecible, cada vez más simple.  Todas las drogas psiquiátricas, terminan en un camino común, lo que pasa cuando simplificas las funciones del cerebro.  Por lo tanto, si analizas cualquier neurotoxina, como el alcohol,  en dosis suficientemente altas, durante el tiempo suficiente,  lo cual las drogas psiquiátricas siempre hacen, o si no ,no tendrían efecto, lo que obtienes es apatía,  según la energía , lo que yo llamo desactivación, la energía de la persona se reduce.  

También tienes euforia ocasional,  artificialmente drogado,  que normalmente disminuye en favor de la apatía.  Y porque afectan a los lóbulos frontales, afectan en todas las partes del cerebro, y finalmente afectan toda la capacidad emotiva e intelectual del cerebro.  Cuando haces eso,  el cerebro simplemente se vuelve indiferente.  Te da todo igual.  Ya no estás comprometido con tu vida.  Nada te importa.  Entonces,  creo que es por los daños en el lóbulo frontal,  desarrollas lo que yo llamo hechizo médico.  La medicina te  inhabilita para comprender que es un tóxico.  

El término técnico que utilizo cuando hablo de este concepto en mis artículos es anosognosia.  Anosognosia,  es un concepto que se da en neurología, que cuando hay porciones del cerebro dañadas, no reconoces el daño.  Incluso,  cuando tienes un infarto cerebral en un lado del cerebro, no puedes mover la mano, y no eres capaz de reconocerlo. Algo ocurre y comienzas a perder la percepción de ti mismo.  

Bien, cuando todo el cerebro está infiltrado de medicina psiquiátrica,  he leído libros y la medicina psiquiátrica imita la encefalitis,  al final, lo que ocurre es que no sabes lo que te está ocurriendo. Así que tienes pacientes que caminan como zombies,  y el paciente no entiende el efecto de esta medicina.  La familia entiende.  La familia viene al hospital y tenemos una entrevista con el paciente,  que esta sentado como,  así…   cualquier medicina hace esto.  Puedes hacerlo con las medicinas más tóxicas de todas,  los llamados antipsicóticos,  las más tóxicas de todas,  y tienes este efecto con la primera dosis.  

El paciente no tiene idea de lo que ocurre.  Siguen durante meses y años así.  A lo largo de los años la calidad de vida se ve deteriorada.  Pero no se dan cuenta.  Sus personas más cercanas se dan cuenta. Sus hijos se dan cuenta.  Se sientan en la sala de conferencias. Tienes una madre, un padre,  un hijo de 10 años,  y ahí está el hombre,  40 años,  quizás se ha divorciado,  está sentado con su hijo,  con sus padres  a veces  Tienes una familia, de tres o cuatro miembros,  y psiquiatra, psicólogo/a, el/la trabajador/a social, y todo el mundo en la sala,  sabe que el paciente sentado así ….    

 prácticamente ha sido matado por la medicina. Todos lo saben. Psiquiatra, psicólogo/a,  el/la trabajador/a social  y el paciente. La gente que lo sabe son los miembros de la familia.  Es una situación pasmosa, y podemos hablar mucho sobre ello,  que puedes traer a doctores,  que no saben que están destruyendo las vidas de sus pacientes.  

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